En el Día Internacional de la Educación, les quiero compartir este escrito sobre 4 niveles de educación ambiental que pueden alcanzar las personas en su deseo de cuidar del medio ambiente que nos queda.
Los recursos naturales de nuestro planeta están sufriendo un uso desmedido a tal punto que dicen los expertos, se necesitarían dos planetas y medio para suplir la demanda del consumo de los recursos naturales. Más que nunca se necesita que todas las personas que habitamos este planeta (sobre todo la juventud), seamos más conscientes del impacto individual que ejercemos en nuestro medio ambiente y en los diferentes ecosistemas que nos rodean.
Cada persona tiene diferentes niveles de conciencia ambiental, unos más que otras, entonces esos niveles de accionar ambiental debemos conocerlos y saber en cuál estamos, para así determinar nuestro nivel de contribución, positivo o negativo, y sepamos analizarnos internamente para determinar la posición correcta en que estamos y a la que debemos y queremos avanzar. De manera que en lo adelante les describo esos cuatro niveles y como he ido escalando a ellos, para que también lo logren y sigamos caminando juntos por un mejor medio ambiente para nosotros y las futuras generaciones.
Los estudiadores hablan de que las personas obtenemos cuatro niveles en la educación ambiental, y estos son: 1-nivel cognitivo ambiental, 2-nivel afectivo, 3-nivel conativo y 4-nivel activo. Estos niveles describen a las personas, empresas o instituciones en cuanto a las acciones que ejercen a favor o en contra de nuestro medio ambiente.
El primer nivel, “conciencia cognitiva” , va acompañada de los ¨fundamentos ecológicos¨, es decir que desde aquí se dominan términos y conceptos básicos necesarios para entender, qué es el medio ambiente? , cómo se compone? y cómo se afecta? En este nivel se obtienen las ideas y terminologías generales de ecología y medio ambiente, pero con eso no necesariamente se marca una diferencia en el cuidado de este.
En mi caso, el primer nivel lo alcancé desde los 10 años con la primera jornada de limpieza de desechos sólidos hecha por mi papá y mi familia, desde donde mi padre me explicó lo que eran los desechos inorgánicos como plásticos y los desechos orgánicos que nos rodeaban en toda la casa. Luego de mi niñez, seguí mi proceso de conciencia ambiental, porque soy una persona que se mantiene leyendo artículos ambientales de nuestro país y del mundo, siguiendo en las redes sociales a personalidades que luchan por el medio ambiente y a instituciones que trabajan con proyectos ambientales. Además, que parte de mi marca personal digital, es difundir los temas ambientales y agroecológicos, tanto desde mis redes como mi blog con la sección en donde escribo artículos al respecto.
Prosiguiendo al segundo estadio, el “nivel afectivo” , este nos distingue porque aquí valoramos los componentes del ecosistema en que vivimos, no solo por el hecho de saber, qué es un componente biótico y abiótico, sino también por cuidar de ese animalito o planta nativa, endémica o en peligro de extinción. Estar en este nivel es valorar los problemas ambientales que ocurren en nuestras comunidades y los que ocurren a nivel global. Alcanzado este nivel, una emite juicios y opiniones, hasta hacer denuncias o apoyar las causas de denuncias de las instituciones comunitarias y ambientalistas.
Este segundo nivel de educación ambiental, requiere un compromiso más visorio hacia los demás.
Continuando, pasamos al tercer escalón, el “nivel conativo” , en este horizonte uno como persona, institución o empresa, se dedica a invertir un poco más allá, a dar la “milla extra por la naturaleza”, aquí invertimos dinero, recursos o tiempo para apoyar las causas ambientales. Por ejemplo, para recibir información o capacitaciones de nivel superior en medio ambiente, hay que pagar e invertir dinero y tiempo. En este nivel uno como persona (o hasta una empresa) ha adquirido un alto grado de responsabilidad y de gran consciencia ambiental, porque sabemos que cada accionar o actividad cotidiana influye y afecta al medio ambiente, sobre todo si no tomamos decisiones ambientalmente inteligentes. Por eso, uno decide ser más audaz e invierte un poco más, hasta que cuesta.
En mi caso, he realizado diplomados y cursos en los que he tenido que invertir de mis ahorros y del tiempo de mi familia. Cada día hago lo posible por reducir mi huella ecológica, por ejemplo, hago duchas cortas de 5 minutos, uso una cubeta para limpiar el piso y usar esa agua para descargar el inodoro o regar las plantas, tengo un jardín de plantas nativas hecho con plásticos reciclados, un huerto de yerbas aromáticas, y así sucesivamente, entre otras acciones.
Para finalizar el tema de la educación ambiental y los niveles, terminamos con el nivel de educación “activo” , en este grado se “es actor de cada decisión ambiental” que se toma, aquí ya eres una persona totalmente comprometida, en este nivel se es una persona que recicla los materiales, reutiliza y separa, alargando el ciclo de vida de los materiales. Usamos fuentes de energía limpia en el hogar, bombillas ahorradoras Led. Participamos activamente organizando jornadas de siembras y de limpiezas, de cuidado e identificación de especies, asistimos e impartimos capacitaciones ambientales, y difundimos en las redes sociales, entre otras acciones.
En fin, cada uno de los niveles antes expuestos, nos dicen que nosotros tenemos que asumir la responsabilidad de demostrar y ser ejemplo para los demás de una “persona ambientalmente educada y responsable” y de que debemos conocer, difundir y de llevar a cabo estos niveles de educación ambiental, para que más personas lo sepan y los alcancen. En mi caso, los he alcanzado los 4, pero me falta perfeccionar el cuarto nivel, pues es el que requiere más empeño, en cuanto al dinero y al tiempo de inversión.
Mi sueño es seguir los pasos de ambientalistas como Luis Carvajal y Yolanda León, a quienes admiro; hacer mi maestría y mi doctorado, contribuir con una investigación que sea de beneficio para toda la sociedad dominicana, la humanidad y el medio ambiente.
Para concluir, les dejo con estos pensamiento sobre la educación ambiental que nos comparte una cooperativa en su Guía Educativa, que lucha por el cuidado del medio ambiente en las comunidades donde incide y que fue la principal propulsora de la defensa de Loma Miranda, Parque Nacional.
La conciencia ambiental es una filosofía de vida y movimiento social en relación con la preocupación por la conservación y la mejora del estado del medio ambiente. Por lo regular y para fines promocionales es representada por el color verde.
Somos conscientes de la importancia de cuidar nuestra salud, y también debemos serlo de la necesidad de proteger nuestro entorno. La conciencia ambiental es un aprendizaje necesario, con independencia de nuestra edad o de nuestros conocimientos, por tanto, la conciencia ambiental se puede fomentar de dos formas (Cooperativa Vega Real, 2020).
La educación ambiental tiene que iniciarse lo más pronto posible ya que de esta manera, si los niños son capaces de identificar y solucionar problemas ambientales en edad temprana, podrán continuar con ello en la edad adulta y ser capaces de tomar una decisión, dando posibles respuestas a la problemática que tenemos en la actualidad. Además, es imprescindible que los niños se sensibilicen con el medio y desarrollen hábitos y buenas prácticas que demuestren que son capaces de racionalizar los recursos para no comprometer los de futuras generaciones (Cooperativa Vega Real, 2020).
Fuentes:
Cooperativa Vega Real. (2020). Guía Educativa Vega Real. Guía Educativa Vega Real. La Vega, República Dominicana. doi:9789945925401
https://jmarcano.com/educa/ea-njsmith/
https://sites.google.com/site/tamadeso/la-educacion-ambiental/niveles-de-la-ea
http://repositorio.unap.edu.pe/bitstream/handle/UNAP/7436/Suasaca_Pelinco_Roger_Alexander%20.pdf?sequence=1&isAllowed=y